DERECHO DE ELEGIR


EL DERECHO DE ELEGIR


INTRODUCCIÓN:

Hechos 5:32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.  Somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual a dado Dios a los que le obedecen.  Aquí dice el cual da Dios a los que anhelen obedecerla. Quiero dejar planteado, que obedecer es mejor que sacrificios, o sea que podría Dios forzarnos a obedecerla, pero no lo hace, sino que nos invita a obedecer. Veámoslo desde el Edén: Dios hubiera podido obligar a Adán a que obedeciera y ponerlo en un callejón sin salida, en que hubiera tenido que obedecer. Pero Dios no lo hizo. Hubiera podido obligar a obedecer a Caín.  Quiere decir que el Espíritu Santo está en nosotros para darnos la capacidad, no de decidir, eso lo tenemos.  Sino la capacidad que al decidir  podamos obedecer.  Antes no teníamos esa capacidad porque el Espíritu Santo nos faculta a obedecer, si queremos. antes  aunque hubiéramos querido no hubiéramos podido, porque no estaba el motor, porque un auto sin gasolina no camina. Entonces el Espíritu Santo está en nosotros para hacernos caminar, pero no para decidir si caminamos o no.


DESARROLLO:

Acordémonos que  el Espíritu Santo es Dios adentro de nosotros.  Si es Dios adentro de nosotros, podría obligarnos a obedecer.  podría el obedecer en nosotros y nosotros plegarnos. No podríamos hacer otra cosa más que obedecer. Pero no nos obliga.  La prueba es la siguiente: Efesios 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención  Digámoslo de otro modo: “No hagais que llore el Espíritu Santo, porque no le quereis obedecer”. Por eso no se debe obligar a la gente a que obedezca. Estaríamos  predicando la libertad y  seríamos esclavos, o usted sería esclavo mío. Quiere decir que es un abuso  el que usted o cualquier Ministro, o cualquier cristiano obligue. Ni aún a sus hijos a obedecer a Dios. Y ni siquiera sería tomar el papel de Espíritu Santo, porque el papel  del Espíritu Santo es indicarnos, pedirnos, solicitarnos, pero no obligarnos. Entonces estaríamos tomando un papel más allá de las facultades del Espíritu Santo que es Dios.

Ponen a Adán y a Eva en el huerto, y por supuesto que Dios quería que le obedecieran. Yo no voy a pensar que Dios va a poner Adán y a Eva para que no le desobedezcan, pero los puso a que decidieran ellos, si no seríamos títeres, manipulados.  Seríamos robotitos de Dios.  Y ojalá lo fuéramos. Seríamos bueno robotitos.  Pero somos malos libertinos.   Si Dios da el Espíritu Santo, a los que anhelan obedecerle, no es para que le obedezcan, sino que para cuando decidan obedecer a Dios, puedan hacerlo.  Porque de que serviría que tu tuvieras deseos como los tenías antes de tener el Espíritu Santo: “Hoy voy a obedecer a Dios, ya me ha ido mal voy a obedecer”  Y no puedes, y no puedes cada vez. “Me voy a portar bien, voy a vivir bien en mi casa”, y es cuando peor vives.  Porque no está el Espíritu Santo.  Ahora si está el Espíritu Santo también puedes desobedecerlo.  Ese es el punto. Tu puedes desobedecer al Espíritu Santo, porque tienes libre albedrío. Tu puedes decirle a Dios: “No, no, te obedezco, voy a vivir mi vida, Señor déjame ya en paz”.  Te deja, como dejó ir a la pocilga al Pródigo el padre.  ¿Acaso no sabía Dios que se iba a embarrancar Adán en el Edén, o cree usted que lo agarró de sorpresa Dios?  El sabía.   Yo no estoy  imponiendo el Evangelio, porque entonces estaría predicando lo contrario de lo que digo, Yo no voy a imponer el Evangelio.  Yo no le voy a decir a  cada quien como se vista.  Yo no le voy a decir como debe de andar.  Y quién soy yo para hacer eso.  Lo que si le voy a hacer observar  es lo que el Espíritu dice en su Palabra, si quiere usted.   Claro hay consecuencias si uno no quiere, no va a participar de las cosas Santas, no va tomar parte de los privilegios, no va estar en eso o en aquello.   Esas son consecuencias.  Pero tampoco no porque se porta mal  quitarle los privilegios, solo por quitárselos.  Sería hipocresía decirle a una persona: “Mire hermana yo creo que usted anda mal vestida”.  Entonces me llega otro día a la Iglesia bien vestida, pero sigue mal vestida en la calle.  Claro, yo tengo el derecho de decirle: “Mire hermana está bien haga usted como quiere su vestir, si usted no quiere agradar a Dios, hágalo como usted quiera pero no va a tener el privilegio si va con esa ropa”.

Entonces si el Espíritu Santo lo da Dios a los que le quieren obedecer ¿Para qué se los da? No para que quieran obedecer, eso lo decide usted.  Para que pueda, cuando lo decida. Sería algo así, como decir ahí está el automóvil completo, perfecta la maquinaría.  “Bueno si quieres hijo toma el auto y no le damos para la gasolina”.  ¿Cómo se va a ir, no lo va ir empujando? Ponle gasolina y vete.  Entonces la gasolina sería dar el Espíritu Santo a los que quieren caminar como Dios quiere.  El hecho que usted tenga el Espíritu Santo y que no le exija, no le obligue, no quita que usted esté responsable ante el Espíritu que tiene.  Ahora, claro el Espíritu no le va a cobrar cada paso, cada golpe.  Te los acumula, te los apunta. Le apuntó a Sansón hasta la tercera que está anotada en la Biblia.  A saber cuantas llevaba. A la tercera es la vencida. Pero  no lo derrotó, no lo  conminó desde la primera vez, porque el castigo de los que tienen el Espíritu Santo, o los que reciben la Unción, es al final.  Te dejan correr tu carrera como quieras, por que si no, no tendría  sentido, que te obligan como vas a correr y te premian por haber  corrido como te dijeron. El sentido sería: “Corre como debe ser o afronta las consecuencias  si no lo haces”.  Eso se llama libertad. Aquí no estamos hablando de libertinaje.  Porque no es  hacer lo que le de la gana a nadie. Si el Espíritu Santo es el mejor juez que está adentro de nosotros. El primero que te va a regañar o redarguir es el Espíritu  Santo, pero no te va a obligar.   Acuérdate de eso: No te va a obligar, vas a llegar al último día de tu vida, vas a estar a cinco minutos de morirte y todavía el Espíritu Santo no te está obligando, porque vas a dar cuenta de lo que hiciste, no de lo que hizo el Espíritu. No vas a dar cuenta de lo que hizo el Espíritu en ti,  porque al Espíritu no lo va a juzgar nadie, si es Dios.  Es mejor ahora andar en orden, para que en el Día del Juicio, no seas reprendido,  no acumules ira, para el Día del Juicio.  “Cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de sí, de lo que fuere hecho en su cuerpo,  malo o bueno”.  Esto quiere decir que no te están pidiendo cuentas hoy, si te las van a pedir a fin de año. ¿Para qué te las van a pedir cada día? Te las piden a fin de año. ¿Para qué te van a descalificar a medio año de estudios?  Te van a descalificar en el examen final.

Mateo 9:13 Andad pues, y aprended qué cosa es: Misericordia quiero, y no sacrificio: porque no he venido á llamar justos, sino pecadores á arrepentimiento.  Cuando el Señor dice: (Parafraseando): “Yo lo que quiero de ustedes es misericordia, y no sacrificios”.  Entonces reconozcámoslo.  Está diciendo: “Quería que ustedes vivieran de la misericordia, y no tenerlos que sacrificar”.  Dios no quiere torturarte, golpearte, sacrificarte, para que le obedezcas. Lo que quiere es tener misericordia de tí, pero no abuses de la misericordia. No abuses de la bondad de Dios, porque te va a cortar al final.  Te está podando ahora, pero te va a cortar al final.  Si cortó las rama naturales no te va a cortar a ti que eres prestado, arrimado, acebuche, injerto: Romanos 11:21 Que si Dios no perdonó á las ramas naturales, á ti tampoco no perdone.  Romanos 11:22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: la severidad ciertamente en los que cayeron; mas la bondad para contigo, si permanecieres en la bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.  Los injertos somos  nosotros los gentiles ahora, las ramas naturales son los Judíos.  Dice: (Parafraseando):   “Mira a los Judíos: Esas eran ramas naturales nacieron en  mi viña y mira  corté a muchos y tí que te fui arrancar de otro árbol, y te puse en este. Crees tu, que te vas a escapar si haces lo mismo que hicieron las ramas naturales. No.  Yo te corto a ti con mayor razón, si corté a mi Hijo, no voy a quitar un entenado”.  Eso es para explicarlo bien.  Claro, castizamente nosotros no éramos pueblo.  Israel nació pueblo y cortaron israelitas.  Y tú que no naciste Pueblo ni yo,  y nos pegaron y estamos ahora de príncipes del Pueblo de Dios.  Notemos que privilegio. La severidad  de Dios debe de ser cosa sería.  Porque dice La Escritura que horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo.  Y también dice la Escritura, que El juzgará a su Pueblo.  Notemos  esa palabra “Su Pueblo”. Porque uno tiene la idea que Dios va a juzgar a los paganos, que Dios va a juzgar a todos menos a nosotros, porque ya nos juzgó en Cristo.  Y es verdad que ya nos juzgó en Cristo, si nos metemos debajo de Cristo ya nos juzgó en El.  Y por eso tú vas a ser  escapado en la Eternidad.  Porque te juzgó en Cristo.  Pero si tú te sales de la cobertura de Cristo, de la comunión con Cristo; te la cobran.  No te la cobran hoy, hasta más gordo vas amanecer.  Y tal vez te enfermabas cuando estabas aprovechando la bondad de Dios y cuando ya te pusiste en contrariedad  con Dios, hasta la salud te volvió. No importa si  prosperaste más, no importa porque te la van a cobrar al final, no ahora. Porque si te la cobran ahora te están conminando.  Te la van a cobrar cuando ya no hay remedio de retroceder.

Génesis 7:20 Quince codos en alto prevalecieron las aguas; y fueron cubiertos los montes.  Génesis 7:21 Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganados, y de bestias, y de todo reptil que anda arrastrando sobre la tierra, y todo hombre.  Yo estoy obsesionado con el arca: Noé les decía:  “Entren al arca, entren” Ciento veinte años se tardó para hacer el Arca, pero los de afuera se burlaban de Noé. Pero cuando comenzó a gotear, ese que se estaba riendo fue el primero que corrió al Arca, pero encontró la puerta cerrada, porque ya no iba por obedecer,  sino por miedo. Yo le garantizo una cosa, no le abrieron  a nadie de esos, a ninguno de esos, aunque gritaron allá: “¡Me estoy ahogando, aquí tengo mis niños, aquí está mi familia”!.   Hasta que ya no se oyeron gritos, y hubo silencio. Para los de afuera, era el Dios severo. Pero para los de adentro del Arca era un Dios más bondadoso. La diferencia era que estos estaban en obediencia y los otros  en desobediencia. ¿Y cuál era la diferencia? La vida y la muerte. ¿Y cuál era la diferencia?  Alabanza y Gozo aquí adentro. Y allá afuera: Cadáveres.  ¿Cuál era la diferencia de las casas de los hebreos en la noche de la Pascua? Que todos estaban  alabando a Dios y un corderito muerto en la mesa.  ¿Y cuál era la escena de los de Egipto? No había Cordero muerto, solo el primogénito.  Era lamento y clamor en la casa de los egipcios. Y la diferencia era que aquí estaban en obediencia y allá no.  Quiere decir que la facultad que lleva consigo, de vivir la vida cristiana, es el propio poder de decisión. El Espíritu Santo no va a decidir por ti.  Olvídate si eso estas esperando.  El Espíritu Santo va estar adentro de ti, viendo que decidiste y ayudándote si decidiste para Dios  y señalándote si no decidiste para Dios.  Pero hasta ahí.  Es como Jeremías.   Jeremías le profetizó a Israel: “Los van a llevar cautivos, ustedes han pecado”  Pero no les evitó el pecado.  Y cuando iban al cautiverio les dijo: “Se los dije.  Yo les estuve diciendo” Pero no los salvó, porque no obedecieron. Pero cuando ya  iban amarrados, supieron que Jeremías tenía razón.  Por eso es necesario buscar  a Jehová mientras puede ser hallado. Quiere decir que va a haber un día en que no va a ser hallado, aunque lo busques. Yo creo que esta lección es muy necesaria. Estamos entrando en un período en que el Señor está hablando, de   no obligar  a nadie a que lo ame.

Mateo 28:20 Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Enseñándoles que guarden todas las cosas, no obligándoles. Enseñándoles a guardar, no obligándolos a guardar. ¿Qué vamos a hacer con los que no quieren guardar?  Por ejemplo: Aquí está uno que quiere guardar, y aquí esta otro, cristianos los dos. Que no quiere guardar, que no quiere aprender a aguardar. ¿Qué vamos hace con él?  Si fuera un inconverso, déjalo porque se necesitaría que se convirtiera para poderle decir algo. Ahora si es un cristiano, no te sientes ni a comer con él. Con el impío puedes salir a dar una vuelta en un carro, o estar en un negocio, porque estas en el mundo.  Pero con este no.  No por eso quiere decir que hay que tratar mal al cristiano. No.  Hay que mostrarle al que está mal, que anda mal: 1 Corintios 5:11 Mas ahora os he escrito, que no os envolváis, es á saber, que si alguno llamándose hermano fuere fornicario, ó avaro, ó idólatra, ó maldiciente, ó borracho, ó ladrón, con el tal ni aun comáis.  Entonces ¿Será Legalismo decirle a una persona: “Yo creo que estas mal por esto?  No. Claro, hay jerarquías que son las que van a dar las normas, porque sino cualquiera te va decir eso está mal.   Tú no tienes que esperar que te digan que es esto y que es aquello, debieras tú, alcanzar la capacidad de saber que es lo bueno y que es lo malo.  Eso no es Legalismo.  El Legalismo sería aplicar órdenes de otros Pactos.

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