DIOS ES NUESTRA
DIOS
ES NUESTRA CONEXIÓN PARA LLEVAR FRUTOS
Juan 15:1-17.
1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el
labrador. 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo
quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que
os he hablado. 4
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar
fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no
permanecéis en mí. 5 Yo soy la
vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva
mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6 El que en mí no permanece, será echado fuera
como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que
llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. 9 Como el Padre me ha amado, así también yo os
he amado; permaneced en mi amor. 10 Si
guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado
los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. 11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo
esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. 12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a
otros, como yo os he amado. 13 Nadie tiene
mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. 14 Vosotros
sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. 15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no
sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas
que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. 16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo
os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro
fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os
lo dé. 17
Esto os mando: Que os améis unos a otros.
DESARROLLO
1. Yo soy
la vid verdadera; y mi Padre es
el labrador.
De quien la vid de la naturaleza
no es sino una sombra el gran Propietario de la viña, el Señor del reino
espiritual. (Seguramente no es necesario señalar aquí la pretensión a la divinidad
suprema incluída en esto.)
2. Todo
pámpano que en mí no lleva fruto … todo aquel que lleva fruto—
Así
como en árbol frutal, algunas ramas pueden ser fructiferas, otras bien estériles,
según haya o no haya una conexión vital entre la rama y el tronco; así
los discípulos de Cristo pueden ser fructíferos espiritualmente, o lo
contrario, según estén unidos vital y espiritualmente con Cristo, o
estén adheridos a él sólo externa y mecánicamente. A los
estériles él “quitará” (véase la nota acerca del v. 6); a los fructíferos
“limpiará” (“podará”)—sacándoles como hace el labrador, todo lo que es espeso o
exuberante (Mar_4:19), “para que lleve
más fruto”; operación a menudo penosa, mas no menos necesaria y beneficiosa que
en la labranza natural. Ya vosotros sois limpios (“por razón de”) la
palabra que os he hablado—ya en una condición purificada y fructífera, en consecuencia
de la larga acción sobre ellos de aquella “palabra” escudriñadora que era como
“fuego purificador”. (Mal_3:2-3 ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién
podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador,
y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque
limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán
a Jehová ofrenda en justicia).
4. Estad en
mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no
estuviere en la vid, etc.—Así como toda fecundidad espiritual había sido atribuida
a la mutua habitación en sí, y a la interpenetración (para
decirlo así) de Cristo y sus discípulos, así aquí la continuación de esta
conexión vital se hace esencial para su fertilidad continua.
5. sin mí—“aparte
de mí”, o “vitalmente desconectados de mí”. nada podéis hacer—espiritual
y aceptablemente.
6. El que
en mí no estuviere, será echado fuera como mal pámpano … se secará … los echan
en el fuego, y arden—El único uso propio de la vid es el de llevar
fruto; fracasando en esto, es bueno para una cosa más: para leña.
(Véase Eze_15:1-5). ¡Cuán terriblemente
llamativa es la figura, en este aspecto de ella!
7. Si
estuviereis en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros—Nótese el cambio
desde la habitación de Cristo en ellos a la de sus palabras,
abriéndose así el camino para las exhortaciones siguientes (vv. 9, 10). pedid
todo lo que quisiereis, y os será hecho—porque esta presencia de sus
palabras dentro de ellos aseguraría la armonía de sus peticiones con la
voluntad divina.
8. es
glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto—no sólo por su deleite en
el fruto y por amor a él sino como por “las savias de la Vid Verdadera”. seáis
así mis discípulos—evidencia del discipulado.
9-11. estad en
mi amor—no. “Continuad amándome a mí”, síno, “Continuad en la posesión y en
el goce de mi amor para con vosotros”; como es evidente por las palabras
siguientes. Si guardareis mis mandamientos, estaréis en mi amor—el
espíritu obediente del verdadero discipulado, el cual fomenta y atrae la
continuación y el aumento del amor de Cristo; y éste, él agrega, fué el secreto
aun de su propia “permanencia en el amor del Padre.”
12-16. Que os améis los unos a los otros,
etc.—Véase la nota acerca del cap. 13:34, 35.
13. Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su vida por sus
amigos—El énfasis cae no en “amigos”, sino en el acto de “poner su vida”.
“Uno no puede manifestar mayor estima por los seres queridos que entregar su
vida por ellos, y éste es el amor que hallaréis en mí”.
14. sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando—“teneos
en sujeción absoluta a mí”.
15. Ya no os llamaré siervos—es decir, en el sentido explicado
en las palabras siguientes; porque siervos los llama todavía (v. 20), y ellos
se deleitan en llamarse así también, en el sentido de estar “en la ley de
Cristo” (1Co_9:21). el siervo no
sabe lo que hace su señor—nada sabe de los planes y razones de su
amo, sino simplemente recibe y ejecuta sus órdenes. mas os he llamado
amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os he hecho notorias—os
he admitido a compañerismo libre e ilimitado, no reteniendo de vosotros nada de
lo que he recibido para comunicar. (Véase Gen_18:17;
Psa_25:14; Isa_50:4).
16. No me elegisteis vosotros a mí, mas yo os elegí a
vosotros—recuerdo saludable, después de las cosas soberbias que acababa de
decir de la permanencia mutua de él en ellos y ellos en él, y de lo ilimitado
de la amistad a la cual habían sido admitidos. os he puesto—nombrado,
designado—para que vayáis y llevéis fruto—es decir, “que os entreguéis a
ello”. y vuestro fruto permanezca—mostrándose ser un principio
imperecedero y siempre creciente. (Véase Pro_4:18;
2Jo_1:8). que todo lo que pidiereis,
etc.—véase la nota acerca del v. 7.
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