LA MUJER Y EL DRAGÓN
LA MUJER Y EL DRAGÓN
Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna
debajo
de
sus pies, y sobre
su
cabeza una corona
de doce estrellas.
Apocalipsis 12:1
En todo el libro de Apocalipsis
se describen los eventos que están por venir pero uno de los capítulos claves en este
libro es precisamente el capítulo número
doce, donde aparecen
dos señales; la primera es una mujer, la segunda un dragón. Esto representa un
resumen de los acontecimientos que van a afectar a toda la humanidad y que tiene repercusiones sobre la Iglesia, Israel y las naciones.
1. LA PRIMERA
SEÑAL es una mujer y representa tres entidades femeninas:
Apocalipsis.
12:1 Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida
del sol, con
la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una
corona de doce estrellas.
a. Israel nacional que dio a luz a José delante de quien se iban a inclinar el sol, figura de su padre Jacob, la luna figura de Raquel (Israel Nacional) y
las estrellas como sus
hermanos (Génesis 37:9-10)
b. La Iglesia que fue está revestida de Cristo el sol de justicia (Gálatas 3:27; Malaquías 4:2)
c. María que literalmente dio a luz a Jesús quien era perseguido por la serpiente para matarlo por medio de Herodes cuando supo que los sabios se habían marchado por otro camino (Mateo 2:13-16).
2. LA SEGUNDA
SEÑAL que aparece en el cielo es un ser descrito como:
Apocalipsis 12:3-4 “un gran
dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas
tenía siete diademas. Su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó
sobre la tierra”
El Crecimiento de la serpiente. En el huerto del Edén, Adán y Eva se
enfrentaron a una serpiente, pero que al final de los siglos esta se ha desarrollado.
Al principio solamente era una serpiente cuya característica era ser más astuta que los otros animales del
campo (Génesis 3:1), más adelante es
reconocida como una serpiente huidiza, generalmente se encuentra junto al camino (Isaías 27:1) luego se le menciona como la serpiente voladora (Isaías 14:29) su proceso continúa cuando se le menciona como la serpiente antigua (Apocalipsis 12:9) y al final se convierte en dragón (Apocalipsis 12:9).
La descripción de esta bestia señala que tiene siete cabezas que representan siete reinos, el cuerno es figura de poder (Daniel 7:8) y en cada una de las cabezas tiene las siete diademas o coronas, que representa el reconocimiento que tendrá
como rey. Las siete diademas de la bestia están descritas por el apóstol Pablo cuando hace la pregunta ¿Quién nos separará del amor de Cristo? 1) Tribulación 2) angustia 3)
persecución 4) hambre
5) desnudez 6) peligro 7) espada
3. Los Vestidos De La Mujer
Apocalipsis.
12:1 Apareció en el
cielo una gran señal: una mujer vestida del
sol, con la luna
debajo
de
sus pies, y sobre su cabeza
una corona de doce estrellas.
Vestido se traduce del vocablo Gr. periballo vestido, poner alrededor, rodear, cercar. El vestido de la mujer es únicamente el Sol que es tipificado como El Señor Jesucristo (Malaquías 4:2) lo que significa que la Iglesia fue revestida de Cristo al bautizarse en agua (Gálatas 3:27) al despojarse del viejo hombre (Colosenses 3:8-9) y
ya
no provee para los deseos de la carne (Romanos 13:14).
4. Los vestidos de la ramera
fornicación; Apocalipsis 18:16 y diciendo: ¡Ay,
ay, de la gran ciudad,
que
estaba vestida de lino fino, de
púrpura y de escarlata, y estaba adornada
de oro, de piedras preciosas y de perlas!
Pero la gran ramera está vestida con seis cosas 1) lino fino, 2) púrpura, 3) escarlata, 4) adornada de oro, 5)
piedras preciosas, 6) perlas (Apocalipsis 18:16).
La vestidura de Babilonia
tiene el propósito de
confundir, tiene lino fino,
imitando obras justas. (Apocalipsis 19:14) con el color púrpura imita la realeza, con el escarlata representa
su pecado (Isaías 1:18), el oro en este caso imita la divinidad. Las piedras preciosas eran
la vestidura de
Luzbel antes de la caída (Ezequiel 28:13)
y las perlas son figura de
la sabiduría (Proverbios 8:11) y quien guardaba los secretos de Dios (Ezequiel 28:3, 12,17). Todo esto señala a esta entidad como una impostora.
5. Él Hijo de la mujer
Apocalipsis 12:5 Y ella dio a luz
un hijo varón,
que
regirá con vara de hierro a todas
las naciones; y su hijo fue arrebatado
para Dios y
para su trono.
La serpiente esperaba que naciera un Hijo teknon (niño, hijo, hija) generalmente se
refiere al hijo que se está desarrollando y
está en proceso de crecimiento, pero ella dio a
luz un hijo huios (hijo maduro, hijo del Hombre, Hijo de
Dios)
este término casi siempre se refiere a
una persona que alcanzó un grado de madurez debido a la edad y la experiencia. El objetivo del dragón era devorar (desgastar, despojar de lo bueno) pero no nació como él esperaba
sino que fue un hombre
el que fue dado a luz, el Verbo que se hizo carne y que gobernará con vara de hierro (Apocalipsis 19:15).
6. La mujer que huye al desierto
Apocalipsis 12:6 Y la mujer huyó al
desierto, donde tiene lugar
preparado por
Dios, para que allí
la sustenten por mil doscientos sesenta días.
La mujer representa a
la parte
de la Iglesia que no fue llevada para casarse, sino que debe de pasar el tiempo de
la tribulación, donde es sustentada por 1,260 días (42 meses ó 3 1/2 años) es la primer etapa del período tribulacionario que se le conoce como “la ira del diablo sobre los hijos
de Dios”.
El agua en la Biblia es figura de la palabra de Dios (Efesios 5:26), pero en el lado negativo el dragón intenta dar agua
Gr. Hudor, agua de ríos, fuentes o manantiales, agua de una inundación.
El agua que envía es una gran corriente, que es precisamente la corriente de este mundo (Efesios 2:2) para que la mujer se acomode a este siglo y
deje a un lado el propósito de Dios que es de preservarla en medio de la corrupción de este mundo, en el momento que la tierra absorbe el agua, se enfurece el dragón y busca al resto de la descendencia de la mujer para hacer guerra en contra de ellos.
7. Los mártires de la tribulación
1 Corintios15:41-42 Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas,
pues una estrella es diferente
de otra en gloria.
Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra
en corrupción, resucitará en incorrupción.
El apóstol Pablo dijo que era distinta la gloria que tendrían el sol, la luna y las estrellas, que cada estrella tenía distinta gloria (1 Corintios 15:41) lo cual es una figura de
los turnos que tendrá
la Iglesia para ser trasladada con El Señor Jesucristo:
a. El Sol es
figura de
las primicias, es decir aquellos que
son
levantados en el arrebatamiento (1
Corintios 15:23).
La primicia es la novia, que durante
mucho tiempo se ha preparado
para el encuentro con El Señor y está vestida de lino fino, que son las acciones justas de los santos (Apocalipsis 19:14) su caminar en la tierra fue digno y siempre agradó a Dios en todo, produciendo fruto en toda buena obra y creció en el conocimiento de Dios (Colosenses 1:10) el primer turno para ser llevada es el de la novia, antes de que comience la tribulación.
b. La Luna es figura de la cosecha, es el grupo que pertenece a
la Iglesia que serán llevados a mitad de la tribulación (Apocalipsis
20:4:5; 7:14).
La cosecha es un grupo grande de la Iglesia que no se encontraban
en óptimas
condiciones en el tiempo del arrebatamiento, sino estaban tibios y se quedaron en la tierra con el testimonio de Cristo en su corazón (Apocalipsis 3:16) pero
en el momento
de definirse para El Señor están dispuestos
a ofrendar
sus vidas.
c. Las Estrellas, figura
del rebusco,
son
aquellos que pasarán el tiempo de angustia de Jacob
(Apocalipsis 20:5; Jeremías 30:7).
El rebusco es un grupo de hijos de
Dios que a pesar de haber conocido a Cristo, de
haber sido perdonados de sus pecados,
que
fueron lavados con la sangre de
Cristo, se bautizaron en agua, incluso han de haber tenido privilegios donde ellos se congregaban, pero que no les interesaba vivir de una manera agradable para Dios, no dan la talla y son ubicados en el último turno.
Un ejemplo claro de esta
condición la señala el apóstol Pablo cuando escribe a la Iglesia de
Corinto donde se encontraba
un hombre
que estaba involucrado en inmoralidad sexual, de manera que estaba en pecado con la esposa de su padre por
lo que fue necesario que fuera entregado a Satanás para que al menos su espíritu fuera salvo (1 Corintios 5:1-5).
El testimonio de Dios En este libro se describe a distintas personas que tienen el testimonio, pero que
los propósitos de Dios son distintos
para
cada uno, por ejemplo el apóstol Juan escribe que estaba en la isla de
Patmos por causa de palabra de Dios y
del testimonio
de Jesús
(Apocalipsis 1:9) lo que
significó para él no solamente una
prisión, sino que fue la base para que pudiera recibir la revelación.
Debajo del altar estaban
las almas
de los que habían sido
muertos a causa de la palabra de Dios y
del testimonio que
ellos
tenían (Apocalipsis
6:9) este grupo es descrito cuando abren
el quinto sello, pero
no
son participantes
del período tribulacionario, sino que son nuestros hermanos que ofrendaron su vida por amor a Dios, durante la historia de la humanidad.
Los dos testigos van a dar testimonio y cuando termine el tiempo de su predicación, los tomarán, y matarán
(Apocalipsis
11:7) Durante
el tiempo de la tribulación, aquellos que tienen el testimonio de Cristo van a estar dispuestos a ofrendar
su vida y de esa manera van a
vencer al dragón, pueden lavar sus vestiduras en la sangre del cordero y
serán pastoreados por el cordero hacia aguas de vida (Apocalipsis 12:11; 7:13-17).
8. La caída del dragón
a. Expulsado del monte de Dios (Ezequiel 28:16). Fue lanzado porque se encontró que estaba
lleno de violencia.
b. Cae del cielo como un rayo (Lucas 10:18; Isaías 14:12).
c. Lanzado a los aires (Efesios 2:2).
d. Arrojado a tierra (Ezequiel 28:17; Isaías 14:12).
e. Lo arrojó al abismo (Apocalipsis 20:1).
f. Derribado al Seol (Isaías
14: 15).
g. Lanzado al lago de fuego y azufre (Apocalipsis 20:10).
Pablo escribió “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que el día os sorprenda como ladrón” (1
Tesalonicenses 5:4) el tiempo que vivimos, es
el de prepararnos
para el encuentro con nuestro Dios, porque todo aquello que ha sido anunciado por los profetas como Daniel, Isaías, Ezequiel,
etc. Debe de cumplirse porque esos postreros días ya comenzaron, precisamente cuando el apóstol Pedro habló en el día de Pentecostés
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