LAS 70 SEMANAS DE DANIEL
LAS 70 SEMANAS DE DANIEL
Setenta semanas han
sido decretadas sobre tu
pueblo y sobre tu santa ciudad,
para
poner fin a la
trasgresión,
para terminar con el pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia
eterna, para sellar la visión y
la profecía, y para
ungir el lugar santísimo.
Daniel 9:24
Las setenta semanas, es el período en el que se comenzó a cumplir una de las más significativas profecías. Este tiempo abarca el inicio y
la culminación del propósito divino sobre el pueblo de Israel. Es importante analizar que este período es un marco de referencia, para la Iglesia porque
en este lapso se destaca; la muerte,
la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo y la historia final de
Israel.
El término semana (heb. Sabua) se refiere a una unidad de siete. Es importante tomar en cuenta que en la interpretación de la Biblia, algunos aspectos se toman de una manera literal y otra simbólica. Por ejemplo: las
70 semanas que menciona el libro de Daniel no son semanas literales de 7 días cada una, sino hace referencia a semanas de años (Levítico 25:8) es decir una semana o 7 días = 7 años. Siete semanas = 49 años. 70 semanas = 90 años, y que será el tiempo total que durará la profecía. Veamos cuando se inició esta profecía y cuando será su fin, basados en su cumplimiento histórico y lo que la Biblia predice a futuro.
1. INICIO DE LAS SETENTA SEMANAS
Daniel 9:25 Y hablará palabras contra el
Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo,
Comenzó con la orden para restaurar y edificar la ciudad santa. La palabra que se traduce como orden, es la palabra hebrea dabar que significa: mandato. En la Biblia aparecen, mandatos
y
decretos para construir el templo, pero solo un permiso para edificar la ciudad, veamos cuales son para poder determinar el verdadero comienzo de las setenta semanas.
a. Mandato del rey Ciro
Esdras 1:2-4 Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha
mandado
que le edifique casa en Jerusalén…
Esta es la primera orden que se emite para un proceso de edificación, sin embargo
este se da únicamente para la reedificación del templo y no para reconstruir la ciudad o sus muros. Según la historia, esto se llevó a cabo aproximadamente en el año 539 a.C. y fue encomendado
a Esdras (Esdras 7:6-7).
b. Mandato del rey Darío
Esdras 6:3-12: En el año primero del
rey Ciro, el mismo rey Ciro dio orden
acerca de la casa de
Dios,
la cual estaba en Jerusalén,
para que fuese la casa reedificada como lugar para ofrecer
sacrificios, y que
sus
paredes fuesen firmes; su altura de sesenta codos,
y
de sesenta codos su anchura; y tres hileras de piedras grandes, y una
de
madera nueva…
El decreto dado por este rey, fue la confirmación del decreto que había emitido Ciro, esto se dio alrededor de los años 519 a 518 a.C. con el cual se manda a reedificar el templo y no las murallas ni la cuidad.
c. Decreto de Artajerjes
Esdras 7:11-16 Esta es la copia de la carta que dio el rey
Artajerjes al sacerdote
Esdras, escriba versado en los mandamientos de Jehová y en sus estatutos a Israel: Artajerjes rey de reyes, a Esdras,
sacerdote y escriba erudito en la ley del Dios del cielo: Paz, Por mí es dada orden que
todo
aquel en mi reino,
del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y levitas,
que quiera ir contigo a Jerusalén, vaya…
Otro decreto
que
se dio para reconstruir fue el dado a Esdras por este rey, aproximadamente en
el año 457 a.C. ellos fueron enviados para reedificar el templo sin ninguna restricción por parte del rey.
d. Permiso de Artajerjes
Nehemías 2:1-8 Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el
vino
delante de él, tomé
el vino y lo serví al rey.
Y como yo
no
había estado antes triste en su presencia, me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro?
Pues no estás
enfermo. No es esto sino
quebranto de corazón.
Entonces temí en gran manera; Y dije al rey: Para siempre viva el rey.
¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad,
casa de los sepulcros de mis padres,
está
desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?, Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de
los
cielos, y dije al rey: Si le place al rey,
y tu siervo ha hallado gracia delante de
ti, envíame a Judá,
a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré, Entonces el rey me
dijo
(y la reina estaba sentada junto a él): ¿Cuánto
durará tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó
al rey enviarme, después que yo le señalé
tiempo…
Este permiso se le dio a Nehemías aproximadamente en el año 445 a.C. siendo un permiso no escrito para reedificar los muros, la ciudad y no exclusivamente el templo. Basados en lo anterior vemos que los setenta años
comenzaron a contar cuando el rey Artajerjes, dio su permiso oficial a Nehemías para la reconstrucción y fortificación de
Jerusalén.
2. LAS SIETE SEMANAS
Daniel 9:25 Sabe, pues,
y entiende,
que desde la salida de la orden para restaurar
y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas,
y sesenta y
dos
semanas; se volverá a edificar la
plaza y el muro en
tiempos angustiosos
Este período describe la duración exacta en que se iban a reconstruir los muros de la ciudad y su templo, siendo este período de 49 años (7 x 7
= 49), a pesar de esta autorización, siempre hubo oposición por parte de algunos (Nehemías 2:10). Este período culminó con la restauración de los muros de Jerusalén y
entonces se inicia la cuenta regresiva para la venida del Mesías príncipe.
3. SESENTA Y DOS SEMANAS
Daniel 9:26 Y después de las sesenta y
dos
semanas se quitará la vida al Mesías,
mas no por sí; y el
pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el
fin de la guerra
durarán las devastaciones
Al final de estas
semanas, se cumpliría la llegada del Mesías príncipe, no en su nacimiento sino en su ungimiento por el Espíritu Santo. Es importante resaltar que la palabra Mesías en hebreo significa ungido y su equivalente en griego es Cristo (Lucas 4:18).
Para
que sucediera este acontecimiento debían pasar un total de 62 semanas (62 x 7 = 434 años) después de la reconstrucción de los muros de la ciudad, hasta el momento de ser ungido y bautizado en el Jordán por el Espíritu Santo (Mateo 3:16; Hechos 10:38). Otros aspectos que se deben tomar
en cuenta en este período son:
a. Después de las
sesenta y dos semanas
Daniel 9:26 Y después de las sesenta y
dos
semanas se quitará la vida al Mesías,
mas no por sí; y el
pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el
fin de la guerra
durarán las devastaciones
La palabra hebrea que
se utiliza para describir “después”, es ‘achar, y
denota un tiempo no inmediato, es decir que hay un lapso de tiempo entre un acontecimiento y
otro, así el Señor Jesús fue ungido, cumplió su ministerio y en el año 33 entregó su vida por nosotros.
b. El pueblo de un príncipe que ha de venir
Daniel 9:26 RV60 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías,
mas no por
sí; y el pueblo de un príncipe que ha de
venir destruirá la ciudad y el santuario;
y
su fin será con inundación, y hasta el fin
de la guerra durarán las devastaciones
Esta parte del versículo no dice “el príncipe”, sino “un príncipe”. Al analizar esta palabra en
el idioma hebreo, no se refiere a una persona de linaje real, sino su
significado primario es líder, haciendo referencia al líder mundial que hará pacto con el pueblo judío
por una semana,
aunque también se refería a lo ya sucedido en el año 70 d.C.
El historiador judío Josefo relata lo sucedido en su libro “Las Guerras judías”. El emperador
Tito hijo de Vespasiano, sitió Jerusalén debido a una revuelta judía. El pueblo que destruyó el templo
de Dios y la ciudad de Jerusalén fue Roma. Este evento nos
proyecta
proféticamente la ciudad en donde
se manifestará a futuro
él anticristo, este líder saldrá de la consolidación de la Unión Europea como una sola nación.
4. LA ÚLTIMA SEMANA
Daniel 9:27 Y por otra semana confirmará
el pacto con muchos; a la
mitad
de
la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el
desolador,
hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el
desolador
En este período se cumplirá la totalidad de la profecía de Daniel, esta semana, como ya hemos dicho, equivale a siete años, en la cual surge un líder con características extraordinarias, al cual los líderes mundiales le darán su autoridad para que ejerza un gobierno mundial; él impondrá normas, para ejercer un control total sobre los que moran sobre la tierra.
Algunos acontecimientos que se darán antes y durante
el surgimiento de este líder mundial y el inicio de esta semana son:
a. Reconstrucción de Jerusalén en tiempos de angustia
Daniel 9:25 Sabe, pues, y entiende,
que desde la salida de la orden para restaurar
y edificar a
Jerusalén hasta el Mesías Príncipe,
habrá siete semanas,
y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la
plaza y el muro en
tiempos angustiosos
El restablecimiento de
Jerusalén como capital del pueblo judío no se ha dado
hasta
hoy,
actualmente la capital de Israel es Tel Aviv. El pueblo hebreo está trabajando a marchas forzadas para que Jerusalén vuelva a ser su capital, esto se está efectuando con mucha angustia, pues los palestinos
luchan contra ellos por este mismo objetivo.
En la Biblia encontramos que la preocupación mundial por la paz y seguridad ha ido en aumento
y es un tema central para la región en donde
se encuentra Israel (1 Tesalonicenses 5:3), las potencias mundiales, entre las cuales están:
La Unión Europea, Estados Unidos, Rusia y
Las Naciones Unidas, se encuentran
interesadas en la estabilidad de esa región.
Esta paz anhelada por el pueblo Israelí no
se dará hasta que aparezca
el anticristo, quien les
ofrecerá paz, sin embargo repentinamente vendrá destrucción sobre este pueblo (Daniel 9:27).
i.
Con plaza y foso:
Los términos hebreos
de
donde
se
traducen
estas palabras, tienen otras
acepciones tales como: calle y muro.
En la antigüedad los fosos y los muros se utilizaban para proteger las ciudades de los enemigos.
Actualmente, los judíos están construyendo, un muro, calles y fosa para repeler ataques
terroristas del que son objeto
(Jeremías 49:5; Is. 22:8-11 SRV; Ezequiel 13:10).
b. Impondrá una alianza a muchos
Daniel 9:27 BPD: El impondrá una alianza a muchos durante una semana; y durante la mitad de la semana hará cesar el
sacrificio y la oblación. Y sobre un ala del
Templo estará la Abominación de la desolación, hasta que
el exterminio decretado se derrame sobre el devastador"
El líder mundial que está por surgir, será
habilidoso en las relaciones internacionales y con intrigas impondrá normas que
llevarán al mundo a una paz, esta durará tres años
y medio, luego de esto
se desatará una persecución contra aquellos que no estén
de acuerdo
con la forma que gobierna (Daniel
7:25).
En este período se volcará en ira contra Israel y
contra los creyentes que se quedaron
a la gran tribulación, además,
impondrá un estricto control político y económico al mundo y nadie podrá hacer transacciones comerciales, sin que tenga una señal que lo identifique como solidario de la forma en que se gobierna (Apocalipsis 13:16-17).
c. Pondrá fin al sacrificio y a la ofrenda de cereal
Daniel 9:27: Y por otra semana confirmará el pacto con
muchos; a la
mitad
de
la semana hará
cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las
abominaciones
vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador
Este líder, al lograr la paz mundial, buscará que lo adoren (2 Tesalonicenses 2:3-4) unificando las religiones. Es interesante ver que quita el sacrificio y la ofrenda de cereal, con lo que podemos deducir que, para cuando esto suceda el tercer templo de Jerusalén ya habrá sido construido y los rituales judaicos
habrán sido instituidos en su totalidad (Apocalipsis 11:1-2).
Existe en
Israel el llamado “Instituto del
Templo” esta organización funciona desde 1989 y está encargado de la elaboración de los implementos que se utilizarán en los rituales judíos; en su haber ya
están el Efod, el pectoral y la túnica que usaba el Sumo Sacerdote, también ya han construido el candelero de oro
y criado la vaca alazana (vaca de color rojo) utilizada para el sacrificio (Números 19:2-5).
En
el año 2001
este
mismo grupo colocó en el monte Moriah la primera piedra, para
la
construcción del tercer templo.
d. Segunda venida de Cristo
2 Tesalonicenses 2:8-9 Y entonces se
manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el
espíritu de su boca,
y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es
por obra de Satanás,
con gran
poder y señales y prodigios mentirosos
Este acontecimiento marca el final de las 70 semanas de la profecía de Daniel. Él Señor viene con todos sus santos, para liberar primeramente al Israel espiritual que
alcanzó su perfección en la gran tribulación; luchando contra la bestia y venciéndola de forma sobrenatural.
Le dará también libertad a
la nación Israelita, quienes finalmente lo reconocerán como Mesías (Mateo 23:39) y como Él Salvador y Redentor que anuncian las profecías (Zacarías 13:6) Seguido a esto se inicia el reino milenial y (Daniel 7:13-14) al finalizar este período será el Reino Eterno.
El tema
de las setenta semanas, es la explicación que el ángel Gabriel le dio al profeta Daniel, sobre lo que ocurriría durante ese período con el pueblo de Israel. Siete semanas fueron contadas
desde
la orden
de Artajerjes para reconstruir los muros de la ciudad hasta su terminación. Sesenta y dos semanas pasaron desde la terminación de dicha reconstrucción, hasta
la muerte del Mesías.
Después de esto, existe un espacio que no se cuenta
en este período y que se denomina, “La Era de
la Iglesia”, donde El Señor pone pausa a las setenta
semanas y en su misericordia, cualquier persona que lo reconozca como Salvador, es llamado Hijo de Dios. Aquí debemos tomar en cuenta un gran principio concerniente a
la cronología profética: Dios nunca cuenta el tiempo con Israel, cuando están
fuera de su propia tierra, o fuera del orden divino. Durante este período también tomará lugar la traslación de la Iglesia (1 Tesalonicenses. 4:13-17)
y
entonces el reloj de Israel de la profecía comenzará a caminar otra vez, marcando su último período el cual es la semana setenta.
Daniel era un siervo fiel, y
se dedicaba a buscar por medio de la palabra lo que ocurriría a su pueblo. Él estaba en el cautiverio de 70 años, decretado
al pueblo de Israel (2 Crónicas. 36:21); la historia muestra que él clamaba a Dios por una respuesta para su pueblo. Estando en oración y buscando la presencia de Dios, el ángel Gabriel se acercó y le habló acerca de las setenta
semanas
decretadas a Israel (Daniel.
9:20-27). Las setenta semanas
fueron determinadas con propósitos, los cuales se remarcan en sus eventos, veamos:
1. PONER FIN A LA TRANSGRESIÓN
Setenta semanas han sido decretadas sobre
tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el
pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el
lugar santísimo. Daniel 9:24
Este evento
incluye eliminar la transgresión del pueblo de Israel, quien continuamente cometía infracción, violación, infidelidad, y abandonaba su relación con Dios (Jeremías 3:20).
a. Transgresión y apostasía
Ciertamente todo Israel ha transgredido tu ley y se ha apartado, sin querer obedecer tu voz; por eso ha sido derramada sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley
de Moisés, siervo de
Dios,
porque hemos pecado contra Él. Daniel
9:11
Israel transgredió a Dios, no obedeciendo su voz, violando su palabra y esto se convierte en pecado.
Por
ello fue necesario que Dios levantara a un Justo, que no tuviera mancha ni pecado, para terminar con todo el pecado del pueblo (1 Juan 3:5). Actualmente la mayoría del pueblo de Israel comete el pecado de no reconocer a su Salvador, pero un día, Dios tratará otra vez con ellos y
les dará otra oportunidad (Romanos.
11:26-27)
2. PONER FIN AL PECADO
Setenta semanas han sido decretadas sobre
tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el
pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el
lugar santísimo. Daniel 9:24
El pueblo de Israel ha pecado
continuamente, y esto hizo necesario un sacrificio en el cual se le quitaría la vida al Mesías (Daniel 9:26), este
sería el holocausto perfecto, el sacrificio redentor
del Señor por los pecados
del pueblo y también del mundo (Lucas 1:68-71).
a. Un solo pago por el pecado
De otra manera le hubiera sido necesario sufrir muchas veces desde la fundación del
mundo; pero ahora, una sola vez en la consumación
de
los siglos, se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de
sí mismo. Hebreos 9:26
Sí no hubiera existido una
forma
dada
por
Dios para el perdón de pecados, seguirían realizándose sacrificios para poder acercarse a Él, pero ahora sabemos
que hay un solo pago y un solo sacrificio que es Cristo Jesús (Hebreos 10:12).
b. Reconciliación por el pecado
Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio
de la reconciliación;
19 a saber, que Dios estaba en Cristo
reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los
hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra
de
la reconciliación. 2 Corintios.
5:18-19
Dios, envía a Cristo, Quien nos reconcilia con Él, y
también dice la palabra, que se nos ha dado un nombre en el que podamos ser salvos (Hechos. 4:12).
3. EXPIAR LA INIQUIDAD
Setenta semanas han sido decretadas sobre
tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el
pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el
lugar santísimo. Daniel 9:24
Expiar significa limpiar
algo profanado,
purificar una culpa por medio de un sacrificio. El Señor vino para limpiarnos y que tengamos libre acceso a Dios por medio de
la reconciliación, (Romanos. 5:11). Veamos algunos aspectos de cómo es quitada la iniquidad:
a. Manantial de purificación del pecado e inmundicia
Aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén,
para lavar el
pecado y la impureza. Zacarías 13:1
Este manantial es él Señor Jesucristo, al cual todos tenemos
acceso, no solo la casa de David, sino toda la gentilidad (Juan 3:16), y nos fue enviado para limpiar nuestras impurezas e imperfecciones.
b. Quitar la impiedad de Jacob
Y así, todo Israel
será salvo; tal
como
está escrito: EL LIBERTADOR VENDRÁ
DE SIÓN; APARTARÁ
LA IMPIEDAD DE JACOB. 27 Y ÉSTE ES MI PACTO CON
ELLOS, CUANDO YO QUITE SUS PECADOS. Romanos 11:26-27
Esta es la promesa que
Dios ha dado para limpiar la impiedad de Jacob (Jeremías 31:33). La palabra declara que todo Israel será salvo, pero sabemos que este Israel es
todo aquel Jacobita que ha vivido bajo los preceptos de Dios y/o a aceptado a Jesucristo como su
Señor y Salvador.
c. Llorarán por Él
Y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén, el Espíritu de gracia y de súplica, y me mirarán a mí, a quien han traspasado. Y se lamentarán por Él, como quien se lamenta por un hijo
único, y llorarán
por
Él, como se llora por un
primogénito. Zacarías 12:10
Él Señor se presentará en
su segunda venida ante todo el mundo y ante el pueblo de Israel, quienes lo rechazaron y crucificaron, finalmente ellos lo verán con un corazón arrepentido y con fe para salvación.
4. HACER JUSTICIA ETERNA
Setenta semanas han sido decretadas sobre
tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el
pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el
lugar santísimo. Daniel 9:24
En la actualidad,
el mundo y su sistema no han podido ejercer justicia, porque desconocen la Justicia de Dios y en su lugar practican su propia justicia, (Romanos. 10:3) la que los conduce al error pero Dios, por medio de su Hijo nos
ha traído su Justicia. Veamos algunas manifestaciones de su justicia:
a. La justificación
Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo Romanos 5:1
Sabemos que a todos los que hemos creído en su nombre,
y le hemos aceptado como Señor, nos ha justificado. Ya que
fue
entregado por
nuestras transgresiones, pero fue resucitado para
nuestra justificación (Romanos. 4:25)
b. El reino de Dios es justicia
Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo. Romanos
14:17
Su reino es justicia, paz y gozo,
su justicia también será evidente en su reinado milenial y
en la eternidad porque su justicia
es Justicia Eterna (Sal 119:142)
5. SELLAR LA VISIÓN
Y LA PROFECÍA
Setenta semanas han sido decretadas sobre
tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el
pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el
lugar santísimo. Daniel 9:24
Esto significa que todas las profecías anunciadas a través de sus profetas se habrán de consumar, porque Dios es fiel cumplidor de su
palabra (Mateo. 24:35).
a. Su profecía se cumplirá
El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán
Mateo
24:35.
De todo lo que encontramos
escrito en la palabra profética (2 Pedro 1:19) no pasará una jota y ni una tilde sin que tenga cumplimiento (Mateo 5:18).
6. PARA UNGIR EL LUGAR SANTÍSIMO
Setenta semanas han sido decretadas sobre
tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el
pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el
lugar santísimo. Daniel 9:24
Este último evento se cumplirá al finalizar las setenta semanas, cuando se inauguré el reino milenial, entonces él Señor ungirá el Lugar Santísimo para habitar y gobernar entre su pueblo.
a. Reino Milenario
Y el Espíritu me levantó y
me llevó al atrio interior, y
he aquí, la gloria del SEÑOR llenó el templo.
6 Y oí a uno que me hablaba desde el templo, mientras el hombre estaba de pie junto a mí,
7 y me dijo: Hijo de
hombre, éste es el lugar de mi trono, el lugar de las plantas de mis pies, donde habitaré entre los hijos de
Israel para siempre. Y la casa de Israel no volverá a profanar mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus prostituciones y con los cadáveres de sus reyes cuando
mueran, Ezequiel.
43:5-7
Ya en la palabra está descrito que la Gloria de Dios llenará el templo, así como cuando estaba representada en
el arca del pacto, con la diferencia que Dios mismo, habitará en el lugar santísimo (1 Reyes. 8:6). También vemos que en la última semana
hay eventos que están profetizados en la palabra tales como:
1. LA ABOMINACIÓN DESOLADORA
Por tanto, cuando veáis la ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN, de que se habló por medio del profeta
Daniel, colocada
en el lugar santo (el que
lea,
que entienda), Mateo 24:15
El Señor Jesucristo recuerda las palabras de Daniel (Daniel 9:27), que existirá una abominación desoladora, como la que cometió Antíoco Epífanes, cuando profanó el templo de Dios. Sin
embargo,
este evento volverá a suceder en la época del gobierno del Anticristo.
2. DESTRUCCIÓN DEL
INICUO
Y entonces
será revelado ese inicuo,
a quien el Señor matará
con el espíritu de su boca, y destruirá con el
resplandor de su venida 2 Tesalonicenses 2:8.
El Señor destruirá al inicuo con el resplandor de su venida y destruirá a los que se le oponen, con la espada de su boca, la cual es su palabra (Apocalipsis 19:21).
3. SEGUNDA VENIDA DEL SEÑOR
Entonces fueron desmenuzados, todos a la vez, el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro; quedaron
como
el tamo de las eras en verano, y el viento se los llevó sin que quedara rastro alguno de
ellos. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran
monte que llenó
toda la tierra. Daniel 2:35
En la visión de Nabucodonosor,
se profetizó que vendrá
una piedra a destruir la estatua conformada de diversos
materiales, esto
representa
la finalización del gobierno gentil.
Después
de
este
evento
se inaugurará el período milenial.
El mundo mira hacia el futuro con incertidumbre y aun con terror, porque perciben que en los últimos tiempos habrá
eventos catastróficos y enormes
desastres. Sin embargo, los cristianos debemos
saber que, aunque vienen días terribles y difíciles para el mundo, nosotros
debemos
estar preparados para el encuentro
con nuestro Dios (Amos. 4:12).
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