SANIDAD DEL ALMA
LA SANIDAD
INTERIOR
1. LA SANIDAD INTERIOR
Ø Así como se puede
enfermar el cuerpo físico y necesita de intervención médica humana, así también
se puede enfermar el alma y necesita de intervención médica de intervención
médica divina.
Ø El alma no puede ser sanada con métodos
humanos, ni sicológicos ni parasicológicos.
Ø El alma humana puede
ser sanada solamente con la intervención del Espíritu Santo y con el método y
las herramientas de Dios.
Definición: Se entiende por
Sanidad interior:
Ø Es vencer los
sentimientos de culpa y de condenación.
Ø Es desechar los
odios, las amarguras, los rencores, los resentimientos, las envidias. Los
complejos, los miedos, las mentiras, los celos, etc.
TEXTO BÍBLICO:
Efesios 4:29-30
“Ninguna
palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios,
con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”.
Ø Para entender mejor
la condición del ser humano, y el porque necesitamos ser sanados internamente
(restaurado), debemos conocer nuestra naturaleza trina.
2. LA TRINIDAD DEL HOMBRE
Al
igual que Dios es trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo), el hombre también es un
ser trino: Espíritu, Alma y Cuerpo (1Tesalonicenses 5:23).
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y
todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la
venida de nuestro Señor Jesucristo”.
A. ESPÍRITU
Ø El espíritu del
hombre es el lugar donde mora el Espíritu de Dios, cuando le invita a vivir
dentro de el. (Romanos 8:16). “El
Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”.
Ø Cuando el hombre se
arrepiente de su desobediencia a Dios, el Espíritu Santo vienen a morar al
espíritu del hombre, y este es vivificado y renovado.
Ø Anteriormente sin el
perdón de Dios, el hombre tenía solo la vida animal, ahora tiene la vida
espiritual, porque tiene la vida del Espíritu Santo.
Ø Es en el espíritu del
hombre, donde Dios establece su hermosa relación con sus hijos.
Ø Esto es comer del
“Árbol de la Vida”. Esto es lo que Dios le dijo a Adán.
B. ALMA
Ø El alma del hombre es
el asiento de nuestras emociones, sentimientos, pensamientos, intelecto y
voluntad.
Ø Es en esta área donde
se originan los conflictos tales como rencores, odios, envidias, complejos,
iras, resentimientos, temores, etc.
Ø Es en esta área donde
nuestro enemigo, el diablo, se hace fuerte en la medida que se lo permitimos,
si no somos sanados y corregidos.
Ø (1Pedro 2:11) “Amados, yo os ruego como a extranjeros y
peregrinos, que os abstengáis contra el alma”.
Ø Cuando le permitimos
al Espíritu Santo que nos sane y nos corrija en esta área, le estamos cerrando
las puertas a nuestro enemigo el diablo, para que no nos continúe hiriendo.
C. CUERPO
Ø Nuestro cuerpo es
llamado por las Escrituras, como mortal.
(Romanos 8:11).
Ø El cuerpo físico es
el área por donde expresamos nuestras necesidades y satisfacciones físicas
tales como comer, jugar, trabajar, descansar, dormir, sexualidad, etc.
Ø También, a través del
cuerpo físico se expresan nuestros sentimientos y emociones como reír, llorar,
temor, etc.
Ø A través, a través
se expresan los desórdenes, las indisciplinas, las exageraciones, que el
apóstol Pablo las llama carnalidades, tales como adulterio, idolatría,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, borracheras, orgías, etc.
(Gálatas 5:19-21).
Ø Las desobediencias y
los desórdenes se inician en el alma, pero son expresados por el cuerpo.
3. LA VOLUNTAD DE DIOS Y LA SANIDAD INTERIOR
A. SALVOS, PERO HERIDOS
Ø Hay un gran número de
creyentes, que tristemente no disfrutan una vida plena en el Señor. Son salvos, tienen sus nombres inscrito en el
Libro de la Vida, pero viven atrapados en una vida de muchas tristezas,
complejos, temores, mentiras, impotencias y debilidades.
Ø La razón de esto es
que no han dejado al Espíritu Santo romper su vieja naturaleza. (Juan 12:24).
“De
cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y
muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”.
B. VIDA EN ABUNDANCIA
Ø La voluntad de Dios
no es que sus hijos bajo ese panorama sombrío.
El deseo que Dios ha tenido desde el principio, es que tengamos “vida y
vida en abundancia”. (Juan 10:10 b).
Ø La perfecta voluntad
de Dios para nosotros, es que vivamos una vida normal, sosegada, agradable, con
paz interior, con reposo, equilibrio, libre de temores, con una conciencia
justa.
Ø Esto es lo que
produce el Espíritu Santo en nosotros, cuando le permitimos romper nuestra
vieja naturaleza. Solo así obtenemos el
fruto de su Espíritu: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre y templaza” (Gálatas 5:22-23).
Ø No le podemos echar
la culpa a Dios de la falta de felicidad y de paz en nosotros, ya que somos los
únicos responsables de tenerla o no tenerla.
4. TRES PASOS PARA RECIBIR SANIDAD INTERIOR
A. MUERTE DEL “YO”: Orgullo,
autosuficiencia, egocentrismo
¿Cómo
se puede producir esta muerte del “yo”?
Ø La persona tiene que
reconocer que su dependencia es total y absoluta de Dios. El hombre nada es, y nada tiene.
Ø Reconocer que uno es
absolutamente dependiente del Altísimo.
Todo lo que uno es o tenga es, solo
por la gracia de Dios.
Ø El apóstol Pablo lo
dijo de manera clara: “Con Cristo estoy
juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi” (Gálatas
2:20).
Ø Lo que el apóstol
está enseñando, es que él se murió, se negó a si mismo, hizo nada su vida. Debemos matar nuestro orgullo cada día.
Ø Es reconocer que Dios
ha escogido a personas, “a fin de perfeccionar
a los santos” (Efesios 4:12).
B. CONFESIÓN
Ø Si no confesamos esas
cosas que nos dañan internamente, nos asfixiamos por dentro, nos vamos secando,
hasta morirnos espiritualmente.
Ø El apóstol Santiago
nos enseña que “Debemos confesar
nuestras ofensas unos a otros, orar unos por otros para ser sanados”
(Santiago 5:16).
Ø Debemos confesar,
declarar, nuestros errores, fracasos, temores, debilidades, para ser sanados en
el alma.
C. QUEBRANTAMIENTO
Ø El quebrantamiento es
el proceso más directo para recibir sanidad en el alma. El quebrantamiento es
nuestra humillación, es nuestro llanto que nace
desde lo más profundo del corazón, arrepintiéndonos por nuestros
errores.
Ø Salmos 34:18 “Cercano está Jehová a los quebrantados de
corazón y salva a los contritos de espíritu”.
Ø El Espíritu Santo
trata directamente nuestras heridas, cuando nos quebrantamos ante Él.
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